Grifos en el Arte Románico

Los Grifos en el románico abundan de manera especial siendo representados en capiteles, arquivoltas, tímpanos, canecillos… Pero esta criatura fantástica, que combina partes de león con águila, surge en las culturas mesopotámicas y persa, en las cuales pudo ser empleado como una alegoría del Sol. Además encontramos representaciones de grifos en el arte egipcio, en Micenas, la Antigua Grecia, Etruria, la Antigua Roma y en el arte Bizantino.

Durante los siglos que abarcó el románico, los grifos tuvieron varios significados. En algunas ocasiones fueron tratados como una prefiguración de la Ascensión de Cristo, el águila podría hacer referencia a la naturaleza divina de Cristo y el león a la humana. Otros autores sostienen que el grifo hacía referencia al buen cristiano, siendo el águila la que simbolizaría la búsqueda de Dios y la fuerza del león la que haría frente a las posibles adversidades.

También hemos de mencionar que los grifos, dependiendo del contexto donde fueran representados, podrían tener un significado negativo, en estas ocasiones estarían relacionados con el pecado del orgullo.

En la fotografía podemos observar a una pareja de grifos que aparece representada en uno de los capiteles que forman parte del coro que encontramos en la nave de la iglesia abacial de Serrabona. La pieza fue labrada con el bellísimo mármol rosáceo que abunda en la zona del Conflent.

La iglesia de Santa María del Bell-Lloc está considerada como una de las principales manifestaciones de arte románico en la provincia de Tarragona. Su cronología parece remontarse a los primeros años de la decimotercera centuria aunque pueden identificarse aditamentos que pertenecen a épocas posteriores. Lo más destacado de esta iglesia, desde un punto de vista artístico, es su magnífica portada que se abre en la fachada occidental, en la cual hallamos este curioso grifo que nos presenta la fotografía de arriba.

El grifo se encuentra decorando un relieve que corona la jamba interior del lado izquierdo de la portada. Este grifo presenta busto de águila con un pico muy desarrollado del que pende una figura humana, sus patas serían de águila y una cola que según algunos autores sería de león. Según estas características nos hallaríamos ante un grifo asirio. Esta tipología de grifo es la más representada en el arte románico español.

Además, podemos observar en la escena protagonizada por este grifo tarraconense como lleva en su pico a una pequeña figura humana, quizá pueda hacer referencia a su característica de psicopompo, ya que estos seres fueron considerados en las culturas antiguas los encargados de conducir las almas de los difuntos. Algunos autores han visto en esta escena el traslado del alma del difunto por parte del grifo hacia el infierno, siendo el nido una pequeña representación esquemática de dicho infierno.

También hemos de mencionar que las características, funciones o simbología de los grifos fueron tratadas de manera especial en los Bestiarios, es decir, escritos alegóricos de carácter moralizante que fueron muy populares en la Edad Media. Los conocidos bestiarios de Pierre de Baeauvais y el Moralizato di Gubio tratan la temática de los grifos.

En la fotografía de arriba podemos apreciar a unos grifos que aparecen representados en un capitel de la galería porticada de la iglesia de San Julián y Santa Basilisa de Rebolledo de la Torre (Burgos). Dicha galería porticada, atribuida al Maestro Juan de Piasca, es una de las más suntuosas y bellas del románico español.

Nos encontramos ante uno de las mejores ejemplos de grifos en el románico de Asturias, también hemos de recordar que la iglesia de Villanueva de Teverga posee una impresionante colección de capiteles románicos en los que se representa un amplio catálogo iconográfico en donde aparecen escenas bíblicas y una buena representación de seres fantásticos. Las esculturas que encontramos en esta iglesia nos recuerdan de manera especial a la iglesia zamorana de San Claudio de Olivares.

Esta pintura románica forma parte de la impresionante colección de arte románico que custodia el Museu Nacional d’Catalunya con sede en Barcelona. En ella apreciamos el característico grifo asirio, sin duda alguna nos hallamos ante uno de los mejores ejemplos de este animal fantástico en pintura románica.