Sirenas Ave, uno de los seres más representados del bestiario medieval
Capitel del Claustro de Santo Domingo de Silos
Una de las razones clave detrás de la presencia de bestias y criaturas míticas en los capiteles románicos es su uso como símbolos cristianos. En la Edad Media, el simbolismo desempeñaba un papel central en la transmisión de la fe y la moral cristianas. Las bestias representaban tanto el mal como el bien. Estas esculturas servían como recordatorios visuales de las luchas entre las fuerzas divinas y demoníacas.
Por ejemplo, el dragón, un motivo recurrente en la iconografía románica, a menudo se interpretaba como una representación del pecado y el mal. La figura del dragón estaba estrechamente vinculada a la historia de San Jorge y el Dragón, un relato que simbolizaba la victoria del cristianismo sobre el paganismo y el mal. Las representaciones de San Jorge matando al dragón se encuentran en numerosos capiteles románicos y transmiten un mensaje de triunfo de la fe sobre la adversidad.
Muchas veces estos animales suelen aparecer en pareja como en el caso de las sirenas ave, una de las criaturas que tienen más presencia en el arte románico. Para algunos autores las sirenas ave podrían representar a las almas condenadas, aunque para la mayoría de las posturas hacen referencia a los pecados carnales.
Bestiario como motivo ornamental
Las representaciones del bestiario medieval en los capiteles románicos también servían como elementos decorativos. Los artistas románicos eran hábiles en la creación de esculturas detalladas y expresivas que embellecían las iglesias y atraían a los fieles.
La variedad de criaturas representadas era asombrosa. Además de dragones y grifos, se podían encontrar:
- leones
- sirenas
- arpías
- anfisbenas
- mantícoras
- etc
Estas esculturas se colocaban estratégicamente en lugares destacados de las iglesias, como las columnas de las puertas y los pilares centrales, donde a menudo llamaban la atención de los visitantes.