Ábsides de la Basílica de San Vicente
Una de las obras capitales del arte románico de Ávila
La palabra ábside procede del latín absis, y ésta a su vez del griego apsis (ἁψίς). Su planta es generalmente semicircular y se cubre mediante una bóveda de horno, también llamada bóveda de cuarto de esfera. Los ábsides están unidos al cuerpo principal de las basílicas e iglesias.
Los romanos ya utilizaban los ábsides aunque este elemento arquitectónico triunfó en el ámbito de las iglesias cristianas. Encontramos ábsides en las basílicas paleocristianas, también son característicos de la arquitectura bizantina, románica y gótica, aunque no es exclusivo de ellas. Muchas veces el ábside suele estar flanqueado por absidiolos, es decir, por ábsides más pequeños que en número variable se abrían de forma radial en las iglesias románicas y góticas.
En la fotografía de arriba contemplamos un gran ábside flanqueado por absidiolos aunque el de la parte derecha del espectador aparece tapado por un esbelto ciprés. Dicho ábside pertenece a la Basílica de San Vicente, uno de los monumentos más icónicos e importantes del románico abulense.