Ábsides y absidiolos.
En la arquitectura románica los ábsides se suelen encontrar en las cabeceras de las iglesias, generalmente son de planta semicircular aunque también los encontramos de forma cuadrangular y poligonal.
La palabra ábside procede del latín absis, y ésta a su vez del griego apsis (ἁψίς). Su planta es generalmente semicircular y se cubre mediante una bóveda de horno, también llamada bóveda de cuarto de esfera. Los ábsides están unidos al cuerpo principal de las basílicas e iglesias.