Reyes Magos Románico.
Los Reyes Magos, figuras bíblicas que siguieron una estrella para adorar al Niño Jesús, han sido un tema recurrente a lo largo de la Historia del Arte. La Biblia nos cuenta que tras el nacimiento de Jesús, los tres Magos divisaron una estrella que los condujo hasta Belén. La mayor parte de lo que conocemos sobre estos tres personajes derivan de los evangelios apócrifos y del Evangelio de Mateo.
Iconografía
Los Reyes Magos en el románico se representaban como reyes de Oriente, cada uno con una edad y un tono de piel y cabello distintos.
Sus atributos más característicos eran las coronas, que indicaban su realeza, y los regalos que ofrecían al Niño Jesús: oro, incienso y mirra. Estos presentes tenían un significado profundo: el oro simbolizaba la realeza de Jesús, el incienso su divinidad y la mirra su humanidad y futura pasión.
Inicialmente, se les representaba arrodillados en adoración, pero con el tiempo se popularizó la imagen de los Reyes a caballo, enfatizando su viaje desde Oriente. Además, la estrella de Belén, que los guiaba, era un elemento clave en estas representaciones, a menudo representada como una estrella de ocho puntas.