Arquitectura romana en España
La presencia del Imperio Romano en la Península Ibérica dejó un legado arquitectónico impresionante en forma de ciudades romanas. Durante su dominio, que se extendió desde el siglo III a.C. hasta el siglo V d.C., los romanos tuvieron una influencia significativa en la región.
Influencia del Imperio Romano en la Península Ibérica
La conquista romana de la Península Ibérica comenzó en el siglo III a.C., cuando los romanos derrotaron a los cartagineses en la Segunda Guerra Púnica. A lo largo de los siglos, Roma estableció un sistema administrativo y político sólido en la región, incluyendo la fundación de numerosas ciudades.
Fundación y desarrollo de las ciudades romanas
La fundación de las ciudades romanas en España se llevó a cabo con el objetivo de asentar a los soldados y colonos romanos en la región. Estas ciudades se construyeron siguiendo un plan urbanístico romano, con calles rectas y un diseño geométrico. Además, se establecieron infraestructuras como acueductos, templos, teatros y anfiteatros, que reflejaban el avanzado nivel de ingeniería y arquitectura romana.
Importancia y legado de las ciudades romanas en España
Las ciudades romanas en España jugaron un papel crucial en la romanización de la región, promoviendo la difusión de la cultura, el idioma y las costumbres romanas. Además, estas ciudades se convirtieron en centros económicos y administrativos importantes, contribuyendo al desarrollo y la prosperidad de la región.
El legado de las ciudades romanas en España es evidente en los impresionantes restos arquitectónicos que aún se conservan. Estas estructuras son testigos silenciosos de la grandeza del Imperio Romano y nos permiten adentrarnos en su historia y cultura.
La Arquitectura Romana cuenta con una marcada personalidad, sobre todo a partir del S. I a. C. Aunque esta autonomía no será igual en todas las manifestaciones artísticas. El sentido pragmático de los romanos les permitió construir grandes espacios cerrados adecuados al individuo, mientras los griegos buscaban ante todo la estética de sus edificios desde el exterior.
Por otro lado, las nuevas ciudades romanas van adoptar el sistema urbano de cuadrícula que ya había impuesto Hippodamos en la Grecia del S. V a. C. aunque los romanos le aportarán soluciones más claras y eficientes. La organización de las ciudades es sin duda una de las aportaciones más originales de los romanos al mundo del urbanismo.
Acueducto de Segovia
Los romanos, más ingenieros que artistas, fueron creadores de importantes obras públicas como por ejemplo puertos, pantanos, calzadas, acueductos… que ofrecían la necesaria infraestructura material para el Imperio. Los acueductos, en la mayoría de las ocasiones, salvaban grandes distancias para llevar el agua hasta las ciudades.
Los acueductos romanos suelen resultar imponentes por sus dimensiones, entre ellos destacamos el de Segovia. También existen magníficos ejemplos como el Acueducto de Claudio en Roma y el de los Milagros en la ciudad de Mérida (Extremadura). Estos acueductos traían el agua de manantiales, lagos naturales e incluso pantanos artificiales.
El Acueducto de Segovia es un buen ejemplo de la gran calidad técnica alcanzada por la Antigua Roma que además supo enraizar el arte arquitectónico con la ingeniería constructiva como ningún otro pueblo de la Antigüedad.