Información general
- Dirección: Calle San Pedro, 22, 42311, Caracena, Soria, España
Datos de contacto
- GPS Latitud: 41.38252
- GPS Longitud: -3.0922799999999597
Iglesia de San Pedro de Caracena
Galería porticada de la Iglesia de San Pedro de Caracena, Soria

Este bellísimo templo, fechado en el último cuarto del S. XII, se alza en la parte más alta de la antigua villa medieval de Caracena. Localidad de tan sólo 14 habitantes, situada en el suroeste de la provincia de Soria, a una distancia de 77 km de la capital provincial y a 26 km al sur del Burgo de Osma.
Caracena se encuentra situada en un macizo calcáreo a 1.086 metros de altitud sobre el nivel del mar. Fue un enclave estratégico durante la Edad Media, funcionando como cabeza de la Comunidad de Villa y Tierra y ejerciendo autoridad sobre una veintena de aldeas. Su ubicación en la frontera entre territorios cristianos y musulmanes durante la Reconquista condicionó su desarrollo. En la actualidad cuenta con un magnífico patrimonio en donde destacamos las siguientes construcciones:
- La iglesia de San Pedro, románico S. XII.
- La iglesia de Santa María, románico S. XI.XII.
- Un castillo de origen altomedieval reconstruido en el siglo XV.
- Puente de perfil ojival.
- Rollo de Justicia barroco datado en el año 1738.
La despoblación progresiva de la villa ha preservado este magnífico patrimonio, y también su caserío de piedra y un trazado urbano que evocan su pasado más esplendoroso.
Descripción de la Iglesia de San Pedro de Caracena
Podemos considerar a la iglesia de San Pedro de Caracena como uno de los ejemplos más destacados del románico porticado de Castilla y León. La iglesia ostenta la categoría de Monumento Histórico Artístico Nacional desde el año 1935.
La iglesia de San Pedro es un templo de nave única, con un ábside semicircular precedido por un tramo presbiterial recto y una torre troncopiramidal situada sobre el presbiterio. La estructura original, datada en el primer tercio del siglo XII, sufrió modificaciones posteriores que alteraron parcialmente su fisonomía románica, especialmente en la nave, que fue reformada en el siglo XIX con bóvedas de lunetos, y en el siglo XVII con la adición de una sacristía.
El ábside, construido en mampostería sobre un basamento de mayor diámetro, presenta un carácter un tanto arcaico. Su ventana axial, de arco de medio punto, está decorada con sencillez, mientras que los canecillos que sustentan la cornisa exhiben motivos variados, incluyendo escenas de caza, cabezas de animales y elementos vegetales.
La torre, de planta cuadrada y hechura posterior al ábside, se eleva sobre el presbiterio y está dotada de un husillo, es decir una escalera de acceso en cilindro, en este caso adosada al lado sur, parcialmente oculta por la sacristía.
La galería porticada: joya del románico soriano
El elemento más célebre de la iglesia es su galería porticada, adosada al muro meridional a finales del siglo XII. Esta galería, realizada en sillería de arenisca, consta de siete arcos de medio punto. Hemos de comentar que excavaciones arqueológicas de la década de 1980 confirmaron que originalmente contaba con nueve, habiéndose perdido los dos del extremo occidental debido a reformas posteriores.
Los arcos se apoyan en columnas dobles, salvo el arco central, que sirve como acceso y descansa en haces de cuatro fustes, uno de los cuales presenta una torsión helicoidal que confiere un efecto visual singular. Este detalle de la columna torsada, junto con la calidad de la talla, evidencia influencias del monasterio de Santo Domingo de Silos, un referente escultórico del románico castellano.
Los capiteles de la galería son de una riqueza iconográfica excepcional, mostrando una variedad de motivos que incluyen animales fantásticos (como un dragón de varias cabezas), escenas de caza, combates entre caballeros, la Resurrección de Cristo y elementos vegetales estilizados.
Los canecillos de la cornisa, por su parte, presentan cabezas antropomorfas y motivos animalísticos, algunos de los cuales aluden al Apocalipsis, como los siete arcos que, según la tradición, simbolizan las siete iglesias que se salvarán al fin de los tiempos. La galería, además de su función estética, cumplía un papel social como espacio de reunión y liturgia, una característica distintiva del románico porticado hispano.
Interior
En el interior, el retablo mayor está presidido por un lienzo de San Pedro, obra del pintor cordobés Antonio Palomino (siglo XVII), que introduce un contraste temporal con la arquitectura románica, evidenciando las sucesivas intervenciones en el templo. Los restos de elementos medievales, como fragmentos de decoración y piezas epigráficas expuestas a los pies del templo, son testimonio de la riqueza original del conjunto.
Fotos de la Iglesia de San Pedro de Caracena
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