Colegiata de Santa María de Villafranca del Bierzo

Colegiata de Santa María de Villafranca del Bierzo

Aspecto exterior de la Colegiata de Santa María de Villafranca del Bierzo, León

Uno de los monumentos más interesantes de Villafranca del Bierzo junto con la célebre iglesia de Santiago es su magnífica colegiata, instituida como tal en el año 1535. El templo ocupó el lugar de un antiguo monasterio benedictino.

La historia de la Colegiata de Santa María de Villafranca del Bierzo comienza en el S. XII. En este momento se funda un monasterio benedictino dependiente de la Abadía de Cluny, probablemente a iniciativa de la reina Doña Urraca en 1120. Este priorato, conocido como Santa María de Cluny, incluía una hospedería destinada a acoger a los peregrinos jacobeos que recorrían el Camino de Santiago.

Precisamente, su ubicación estratégica en el Camino Francés. Sin embargo, a partir del siglo XIII, el monasterio comenzó a experimentar un progresivo declive hasta llegar a un estado de ruina física en el siglo XIV.

Como las estancias monacales no se encontraban en un buen estado de conservación se fueron reemplazando para construir un templo nuevo en estilo gótico con elementos arquitectónicos pertenecientes al incipiente renacimiento.

Establecimiento de la Colegiata

En 1529, gracias a la intervención del marqués de Villafranca y virrey de Nápoles, Pedro de Toledo, y su esposa María Osorio y Pimentel, el papa Clemente VII emitió una bula que transformó el priorato cluniacense en una colegiata secular dependiente del obispado de Astorga. Este cambio marcó el inicio de una ambiciosa reedificación, concebida con pretensiones monumentalistas que buscaban emular las grandes basílicas romanas del Renacimiento.

La colegiata de Santa María del Villafranca del Bierzo estuvo gobernada por un abad mitrado y 24 canónigos, ejerciendo jurisdicción sobre unas 60 parroquias, lo que refleja su importancia administrativa y espiritual en la región. A finales del siglo XIX, con la decadencia de las colegiatas como institución, el templo se convirtió en la parroquia de la Asunción, función que mantiene en la actualidad bajo la diócesis de Astorga.

Descripción de la Colegiata de Santa María del Bierzo

Como materia prima para la construcción del edificio se empleo sillería berroqueña en las zonas nobles utilizándose para los lienzos mampostería regularizada con una capa de mortero.

El objetivo era levantar una considerable iglesia formada por un total de tres naves aunque el proyecto finalmente completó la grandiosa cabecera y el transepto. Por lo tanto, el templo nunca llegó a terminarse. De todas formas el resultado terminó en una iglesia de tipología Hallenkirche o iglesia con planta de salón, es decir, con tres naves de igual altura.

Lo más destacado del conjunto arquitectónico es su maravillosa cabecera por su acusada monumentalidad formada por un gran ábside con forma poligonal que descansa en grandes contrafuertes coronados en pináculos.

Los vanos del edificio son muy amplios, formados por arcos de riguroso medio punto que incluyen a su vez a otros menores. Precisamente, la cabecera es el elemento arquitectónico más antiguo del edificio y se terminó con un cúpula con linterna de nervadura radial para iluminar el interior del templo. Las naves longitudinales finalmente contaron dos tramos. A los pies del edificio se alzó una torre de estilo barroco con planta octogonal. De todas formas, el proyecto quedaría interrumpido cerrándose el hastial de poniente con un simple muro liso.

Interior

Llama especialmente la atención la gran esbeltez de la iglesia cuando se accede al interior. Una vez dentro disfrutaremos de interesantes bóvedas de crucería complejas. El templo nos recuerda a las iglesias que fueron construidas por el célebre Gil de Hontañón, aunque no se tienen datos precisos del arquitecto que llevó a cabo este proyecto.

Entre los retablos, destacamos el de la capilla de la Santísima Trinidad, de estilo clasicista del siglo XVI, que representa la Trinidad en su cuerpo central y, en el ático, escenas del Nacimiento y la Adoración de los Reyes Magos. Este retablo es considerado uno de los más interesantes de El Bierzo.

También sobresale el retablo neoclásico del Altar Mayor, dedicado a la Asunción de la Virgen, así como los retablos de San Roque y San Jorge (segunda mitad del siglo XVII) y de la Sagrada Familia.

La sillería del coro, de estilo rococó, es un ejemplo notable de la carpintería artística del siglo XVIII, con detalles ornamentales que contrastan con la sobriedad de la arquitectura general.