Abadía de Fontfroide

Abadía de Fontfroide

Claustro de la Abadía de Fontfroide, Francia

Visitar esta magnífica abadía es descubrir uno de los monasterios cistercienses más impresionantes y bellos de Francia, por ello forma parte del inventario de Monumentos Históricos desde el año 1862. La abadía se halla situada en un apacible valle poblado por cipreses en el Macizo de las Corbières, este encantador paraje mediterráneo dista 14,2 km al suroeste de la ciudad de Narbona, a 151 km al sureste de Toulouse y a casi 80 km al norte de Perpiñán. Nos encontramos en el departamento francés de Aude que forma parte de la región de Occitania.

Origen de la Abadía de Fontfroide

Su origen hemos de encontrarlo en un primitivo monasterio benedictino que fue fundado hacia el año 1077 por el Conde de Narbona, Aimery I, el cual lo habitó con monjes procedentes de la Abadía de Grandselve, situada en las cercanías de Bouillac (Departamento de Tarn y Garona). Al poco tiempo, en el año 1118, fue levantado un importante conjunto monacal que recibió la denominación de Fontfroide por encontrarse junto a un manantial de aguas frescas, llamado Fons Frigidus.

Una de las abadías cistercienses más influyentes de Francia

Entre los años 1144 y 1145, los cistercienses van a introducir su reforma en Fontfroide, ello va a significar una época de esplendor para el monasterio, prueba de ello es que uno de sus abades, Jacques Fournier, fue nombrado Papa con el nombre de Benedicto XII, el cual se encargó de levantar el palacio de estilo gótico más grande del Mundo, estamos hablando del Palacio de los Papas de Avignon, lugar donde murió en el año 1342.

La Abadía de Fontfroide es particularmente notable por haber sido madre del importante Monasterio de Poblet, situado en la provincia de Tarragona. Tal fue la riqueza de esta abadía francesa que según las crónicas aportaba cantidades periódicas de 2.000 florines a la Cámara Apostólica, suma que no estaba al alcance ni de las más ricas sedes episcopales.

A principios del S. XV, el papa Benedicto XIII concedió a los abades de Fontfroide el derecho de pontificalia, además ejercían jurisdicción civil en todos los lugares por los que se había expandido el monasterio a través de sus numerosas filiales. Por lo tanto, sus abades gozaron de una gran influencia, e incluso en el S. XVII, tres miembros de la poderosa casa Rochefoucauld llegaron a ser abades de Fontfroide. Al estallar la Revolución Francesa, fue disuelta la comunidad monacal y la abadía cayó en manos particulares.

En el año 1908, el pintor Gustave Fayet junto con su esposa Madeleine Fayet compraron la Abadía de Fontfroide en una subasta, hoy día sus descendientes son los propietarios de este conjunto monacal. Gustave Fayet se encargó de restaurar e incluso decorar algunas estancias monasteriales junto con otros artistas.

Cátaros

Después del asesinato del monje de Fontfroide, Pierre de Castelnau, la Abadía de Fontfroide se convirtió en un importante bastión de la ortodoxia que luchaba frente a los cátaros. La muerte de Castelnau, en marzo del año 1208  provocó que el papa Inocencio III declarase la cruzada contra los albigenses.

Estancias de la Abadía de Fontfroide

En cuanto a los distintos edificios que integran la Abadía de Fontfroide, la mayoría quedan fechados entre los S. XII y XIV. A finales del S. XII comienzan las obras de construcción de la iglesia y el claustro, ambos constituyen un conjunto único, alcanzando una admirable esbeltez, todo un deleite para los entusiastas del arte medieval. Una de las primeras estancias con que se encontrará el visitante es el magnífico refectorio, que por sus notables dimensiones parece recordarnos al del célebre monasterio soriano de Santa María de Huerta, dicho refectorio alcanza una longitud de nada menos que 50 metros.

El claustro, otro de los platos fuertes de la visita fue comenzado en los primeros años del S. XIII, en él llaman la atención sus bellísimas columnas de mármol rosado procedentes de una cantera cercana, por su elegancia y sobriedad, estamos ante el prototipo de claustro cisterciense. La Sala Capitular se encuentra junto a la galería oriental del claustro, este majestuoso espacio arquitectónico queda centrado en el último período del románico. La iglesia presenta planta de cruz latina con una espaciosa nave longitudinal formada por cinco tramos, a los pies se abre una bellísima portada de estilo románico que luce un interesante tímpano, el cual concentra la única representación historiada de época románica del monasterio.

Fotos de la Abadía de Fontfroide