Estilo Manuelino

El Estilo Manuelino es el nombre con el que conoce al movimiento artístico que se desarrolló con la dinastía de los Avis en Portugal entre finales del S. XV y principios del XVI, a lo largo de los reinados de Juan II, Manuel I el Afortunado y Juan III. El arte Manuelino conjuga las características del gótico final con elementos propios del Renacimiento. En arquitectura se basa en los esquemas del Gótico asumiendo motivos ornamentales del arte islámico, influencias orientales, tradiciones románicas y fórmulas españolas, a todo ello se sobrepondrán las soluciones renacentistas procedentes de Italia. En escultura destaca en especial por su papel al servicio ornamental de la arquitectura. Mientras tanto, en pintura muestra una evolución desde un estilo gótico-flamenco hasta el italianismo.

Las características que definen al Estilo Manuelino son el gusto por lo sobrecargado con un repertorio iconográfico en la decoración que nos evoca al mundo marinero como por ejemplo la utilización de cordajes, nudos, algas, etc. Una de sus principales obras es el imponente Monasterios de los Jerónimos, iniciado hacia el año 1502 por el arquitecto francés Boytac y continuado en 1517 por el arquitecto cántabro Juan de Castillo. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1983. Su iglesia presenta una sola nave que es toda una demostración del alto grado de fantasía y creatividad que alcanzó el estilo Manuelino.

Su amplio claustro que contemplamos en la fotografía deslumbra por la exuberancia de su ornamentación. Dicho claustro presenta dos niveles y como curiosidad no presenta dos columnas iguales en todo el recinto.

La ciudad de Tomar se desarrolló al abrigo de su imponente castillo, construido por los templarios. Sin embargo, es el Convento de Cristo el edificio que acapara todas las atenciones de los visitantes debido a su rotunda belleza y a su creativo diseño. Consta de planta circular y fue construido en el S. XIII aunque se trata de una obra compleja y dilatada en el tiempo en donde encontramos ampliaciones posteriores.

La conocida Ventana del Capítulo es probablemente una de las piezas que aglutina las características esenciales del estilo manuelino. En dicha ventana que contemplamos en la fotografía encontramos una rica ornamentación con motivos de cuerdas y nudos.

La tradición vincula el origen de este flamante monasterio al primer monarca de Portugal, Alfonso Henriques. Su iglesia presenta unas dimensiones asombrosas con nada menos que 106 metros de longitud, siendo la mayor de Portugal. Lo mismo sucede con su claustro, uno de los más grandes de toda Europa.

El piso superior de este claustro sigue las pautas del estilo manuelino, desde él las vistas del conjunto arquitectónico resultan maravillosas.

La magnífica Catedral de Guarda es una construcción de estilo gótico en la que tampoco faltan elementos manuelinos y renacentistas. Desde el exterior presenta un aspecto de inexpugnable fortaleza. Su construcción se desarrolló entre los años 1390 y 1540. En su interior merece una atención especial retablo mayor.

Esta magnífica iglesia fue mandada construir por el rey Manuel I de Portugal, llamado el Afortunado. En su interior podemos ver elementos que definen el estilo Manuelino como son las grandes columnas helicoidales que parecen simular las sogas de los barcos. Esta construcción parece que se inspiró en el magnífico Convento de Jesús de Setúbal (Portugal) y en la cercana Catedral de Elvas (Portugal).