Catedral de Segovia

Catedral de Segovia

Vista desde la iglesia de San Millán

La actual Catedral no fue la primera que tuvo la ciudad de Segovia, anteriormente existió otra situada en frente del Alcázar, hoy estos terrenos corresponden al Parque de Fernando VII. Esta antigua catedral románica fue construida en los primeros años del S. XII y quedó totalmente destruida al finalizar la Guerra de las Comunidades, conflicto entre los Comuneros y el rey Carlos V en el año 1520. La primera piedra de la Catedral actual se puso en el 8 de junio del año 1525 y su financiación fue posible gracias a la contribución de todo el pueblo segoviano.

La torre de la Catedral es la construcción más alta de la ciudad, en ella destaca su gran aguja de plomo dorado a fuego y también la caoba traída desde América. Los únicos elementos que se pudieron conservar del antiguo templo, fueron el claustro, que se colocó piedra a piedra y la sillería del coro. Justo en el momento en que estaban terminando las obras de la Catedral de Segovia, se empezó a construir el Monasterio de El Escorial, ya en estilo Renacentista.

En esta imagen estamos observando un detalle del ábside de la iglesia de San Millán y la cabecera completa de la imponente Catedral de Segovia, ambos vistos desde levante.

La iglesia de San Millán:

se sitúa fuera del recinto amurallado de Segovia. Forma parte del valioso conjunto de iglesias románicas situadas a extramuros de esta capital castellana. Puede decirse que la iglesia de San Millán es una visita obligada en todo viaje a Segovia, es el templo más antiguo de la ciudad, construido en estilo románico durante la primera mitad del siglo XII, además presenta una torre mozárabe que fue levantada en el S. XI.

Este templo recibe una gran influencia de la mismísima Catedral de Jaca (Huesca, Aragón), con una planta similar, por lo que es curioso, ya que entre ambas hay una distancia de más de 550 kilómetros. Pero este apunte no debería ser tan llamativo, ya que el románico es un arte internacional y además, la iglesia de San Millán fue mandada construir por un rey aragonés, Alfonso I el Batallador que quiso celebrar en ella su ceremonia matrimonial con la reina Doña Urraca.