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Mosaico de los Aurigas Victoriosos
Detalle del Mosaico de los Aurigas Victoriosos, Museo Nacional de Arte Romano de Mérida
Mosaico de los Aurigas Victoriosos
El mosaico al que hace referencia la fotografía, muestra una escena del auriga victorioso, Marcianus con su cuadriga. Las carreras de carros eran uno de los grandes espectáculos del mundo romano, se celebraban en el Circo. Sobre el carro de dos ruedas (carrus) aparece el Auriga de pie, vestido con la túnica del color de su bando. En la cabeza lleva un casco de cuero (galea), las riendas de los caballos (habenae) están atadas a su cintura, además los aurigas portaban un cuchillo para cortar las riendas en caso de caída. El auriga dirige los caballos con su mano izquierda, con la derecha porta el látigo (flagellum).
Estamos ante uno de los mayores mosaicos romanos que se han descubierto en la Península Ibérica, está fechado en el S. IV d. C. La obra queda dividida en un tondo central que muestra el ciclo báquico y dos grandes escenas que representan a dos aurigas, Paulus y Marcianus, según indica las inscripciones escritas en latín que aparecen encima de ellos, junto a su nombre le sigue la palabra «nica» o «nicha» que viene a decir victoria.
Los dos aurigas presentan una actitud victoriosa ya que ambos nos están mostrando la palma de la victoria mientras levantan la fusta. Además del nombre de los aurigas también aparece el de uno de los caballos, Inluminator. En la imagen contemplamos los dos paneles donde aparecen los aurigas victoriosos. Este mosaico fue encontrado en una calle del centro de Mérida y está fechado en el S. IV d. C. En la actualidad se conserva en la segunda planta del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.
«Panen et Circenses»
Las carreras de carros solían constar de siete vueltas, en un principio tenían un matiz religioso y participaban ciudadanos con sus propios caballos. Con el tiempo apareció la figura del auriga profesional que solía ser un esclavo o un liberto y ofrecía sus servicios, como es lógico, a las sociedades organizadoras de carreras que mejor le pagase. Cada una de estas sociedades elegía un determinado color que la simbolizaba.
El público apoyaba a su bando favorito al igual que ocurre hoy día con los deportes de masas, y la victoria de un determinado auriga podía tener mayor repercusión que los acontecimientos políticos de mayor trascendencia, exactamente como en la actualidad, parece que no hemos cambiado tanto…
Muchos emperadores fomentaron esta inmoderada conducta de su pueblo para desviar asuntos más graves. La famosa frase «Panem et Circenses» constata esta degeneración moral y patriótica que explica el derrumbamiento político ante el ímpetu de los pueblos bárbaros.
Fotos del Mosaico de los Aurigas Victoriosos
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