Información general
- Dirección: 09293, Bugedo de Candepajares, Burgos, España
Datos de contacto
- GPS Latitud: 42.66753706922324
- GPS Longitud: -3.0260674724342493
Monasterio de Bugedo de Candepajares
Vista de los ábsides de la iglesia del Monasterio de Bugedo de Candepajares, Burgos

Bugedo de Candepajares, también conocido simplemente como Bugedo, es un encantador pueblo situado en el noreste de la provincia de Burgos, en la comarca del Valle del Ebro, a 80 km de la capital. Esta pequeña población, con apenas 194 habitantes (INE 2023), debe su nombre a la abundancia de boj, un arbusto típico de la zona.
Su principal atractivo es el Monasterio de Santa María de Bugedo, fundado en 1162 por doña Sancha Díaz de Frías y respaldado por Alfonso VIII. Este cenobio de la Orden Premostratense, con sus impresionantes ábsides románicos, es una magnífica muestra de arquitectura medieval que hoy mantienen los Hermanos de La Salle. Rodeado por los Montes Obarenes y el río Oroncillo, Bugedo ofrece un entorno natural ideal para senderismo y desconexión.
Descripción del Monasterio de Bugedo de Candepajares
Como hemos indicado en el párrafo anterior este cenobio fue fundado en el año 1162 por Doña Sancha Díaz de Frías bajo la protección del rey Alfonso VIII de Castilla. El monasterio perteneció a la Orden premonstratense y su ubicación atendió a un contexto geopolítico clave: marcaba los confines entre los reinos de Castilla y Navarra, cerca de una antigua calzada romana en la hoz de Foncea.
Su iglesia, principal vestigio medieval, refleja la transición de los estilos románico y gótico. La cabecera, con tres ábsides semicirculares, es su elemento más sobresaliente: el central, de mayor altura y amplitud, se acompaña de dos laterales menores, todos adornados con ventanas abocinadas de doble arquivolta que denotan una elegante sobriedad. Esta disposición, junto a la bóveda de cañón apuntada del transepto, muestra influencias cistercienses, evidentes también en la decoración. Los capiteles, con motivos vegetales como hojas de acanto y piñas, renuncian a la escultura figurativa, abrazando la austeridad típica de la Orden del Císter.
El monasterio de Bugedo de Candepajares prosperó gracias al mecenazgo real, adquiriendo tierras en Burgos, Álava y La Rioja. Sin embargo, las reformas posteriores, como el claustro clasicista del siglo XVI iniciado por Matías y Bartolomé Castañeda, y las intervenciones del escultor Diego de Marquina —autor del sepulcro de la fundadora y el retablo mayor—, modificaron su fisonomía original. Pese a un incendio en 1935, los Hermanos de La Salle, residentes desde 1891, han preservado este legado.
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