Dios Jano

El Dios Jano

Escultura del Dios Jano de época romana conservada en los Museos Vaticanos

Nos encontramos ante una de las deidades más primitivas del panteón romano. Jano era el dios de las puertas, los comienzos y los finales, apertura de la guerra, la paz y el tiempo. No tenía un paralelo en la Antigua Grecia. A este dios se le consagró el primer mes del año y fue representado con dos caras, según podemos contemplar en la escultura que nos presenta la fotografía, la cual fue tomada en los Museos Vaticanos.

Una de las dos caras del dios mira hacia el pasado y la otra hacia el futuro. Jano era invocado públicamente el primer día de Enero, de hecho, este mes toma su nombre de Jano que en latín era Ianuarius y de ahí pasó al español como Janeiro, Janero hasta llegar a Enero.

Mitología

Para algunos mitógrafos, Jano era una divinidad oriunda de la misma Roma y al parecer había reinado en esta ciudad con Cameses, un rey mítico. Para otras posturas, Jano procedía de Tesalia, fue desterrado y llegó hasta Roma donde fue acogido por Cameses. La colina romana del Janículo debe su nombre a este deidad.

Además, cuenta la mitología romana que Tíber fue uno de los hijos que tuvo Jano con su esposa Camise, este hijo es el epónimo del río que pasa por la ciudad eterna.

Uno de los episodios mitológicos más conocidos de esta deidad es el milagro que salvó a Roma de la conquista sabina. Cuando Rómulo y sus seguidores raptaron a las sabinas, Tito Tacio y los sabinos atacaron Roma. Al parecer, una noche, Tarpeya, hija del guardián del Capitolio entregó la ciudad al enemigo, por ello Jano hizo brotar agua hirviendo de un surtidor y permitió que huyeran los sabinos. Por esta razón, en tiempos de guerra, los romanos siempre dejaban abierta la puerta del Templo de Jano.

Fotos de la Escultura de Jano