Información general
- Dirección: Plaza Inmaculada, s/n, Palencia, Palencia, España
Datos de contacto
- GPS Latitud: 42.0111874
- GPS Longitud: -4.536746900000026
Cripta de San Antolín
Vista de la Cripta de San Antolín, Catedral de Palencia

La Cripta de San Antolín, patrono de la diócesis palentina, se encuentra situada bajo la Catedral de Palencia, constituye uno de los ejemplos más notables del arte altomedieval español, con elementos arquitectónicos de los S. VII y XI. Construida sobre y con restos romanos, originalmente formó parte de una basílica visigoda, su función primigenia se vincula al culto martirial en honor a San Antolín de Pamiers.
¿Quién era San Antolín?
San Antolín de Pamiers, mártir visigodo de la Galia (siglos V-VI), es venerado por las iglesias católica y ortodoxa como santo. Su hagiografía, impregnada de elementos legendarios, carece de datos históricos precisos. Según la tradición, nació en Pamiers (Departamento de Ariège, Occitania, Francia) hacia 453, posiblemente vinculado a la familia de Teodorico I. Convertido del arrianismo al cristianismo, predicó en la península de Italia y en la Galia, enfrentándose a persecuciones. Ejecutado junto a sus discípulos Juan y Almaquio por rechazar el arrianismo, sus reliquias se conservan en Palencia, cuya catedral lo honra como patrón, y en Pamiers.
Descripción de la Cripta de San Antolín
Este espacio subterráneo, de dimensiones reducidas pero de gran carga simbólica, refleja la transición entre la arquitectura tardoantigua y las primeras manifestaciones cristianas en la península ibérica. Consta de dos secciones bien diferenciadas, la visigoda y la románica.
Su estructura presenta una planta rectangular que corre paralela bajo el eje de la Catedral Palencia, concretamente bajo el coro. Presenta unos 27 metros de largo y siete de ancho. El espacio se cubre con bóveda de cañón, sostenida por toscos muros que evidencian técnicas constructivas visigodas. Destaca el arco de herradura, elemento característico que anticipa influencias posteriores del arte hispanomusulmán, aunque aquí responde a una tradición autóctona. Los restos de un altar y la simplicidad decorativa subrayan su carácter funcional.
La parte ancha de la cripta, es decir, la románica, se edifica a partir del año 1035. El obispo Don Ponce lleva la iniciativa de la obra y el patrocinio de dicha obra es llevado por el rey Sancho el Mayor de Navarra. Los dos espacios, visigodo y románico quedan unidos por un arco un tanto descentrado. Restaurada en siglos posteriores, la Cripta de San Antolín conserva su esencia primitiva, ofreciendo un testimonio material de la cristianización en el noroeste peninsular tras la caída del Imperio Romano.
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