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Lisboa, Portugal
Torre de Belém, Arte Manuelino
Torre de Belém:
Nos encontramos ante uno de los monumentos más emblemáticos de Lisboa, se encuentra situada en el Barrio de Belém donde hay una importante concentración de monumentos y lugares de interés como el Museo Nacional de Arte Antiguo, el imponente Monasterio de los Jerónimos o el Monumento de los Descubridores. La Torre de Belém es una ilustre muestra del Arte Manuelino, variación del gótico tardío que se dio en Portugal durante los reinados de Juan II y Manuel I de Portugal, aunque fue durante el reinado de este último monarca cuando se levantaron las principales obras.
Descripción de la obra:
La Torre de Belém se construyó entre los años 1515 y 1521, presenta influencias islámicas y orientales. En realidad se trata de una pequeña fortaleza ubicada junto al río Tajo. Su principal misión era custodiar la principal entrada a la ciudad y en ella se cobraban los tributos para poder entrar en Lisboa. Al poco tiempo de ser construida la Torre de Belém, Portugal pasó a manos de los españoles tras la Batalla de Alcántara en el año 1580. Felipe II de España reinó en Portugal con el nombre de Felipe I. Cabe recordar que anteriormente a la Batalla de Alcántara, Portugal vivió una crisis sucesoria, teniendo dos candidatos para ocupar el reino, por un lado Antonio, prior de Crato y por otro Felipe II. Una vez Felipe II se proclamó rey de Portugal, la Torre de Belém pasó a cumplir las funciones de prisión.
La torre consta de dos cuerpos, siendo el primero un baluarte de base hexagonal y el segundo esta formado por la torre propiamente dicha que tiene cinco pisos incluida la terraza. Esta obra fue realizada por Francisco de Arruda, un arquitecto y escultor portugués que entre sus principales obras destacan la Casa dos Bicos, el Castillo de Portel o el Castillo de Tomar.
En el interior de la torre podemos contemplar una de las máximas cotas del gótico portugués gracias a la sutileza de sus sobrias líneas. Muy cerca de la Torre de Belém se encuentra el Monumento de los Descubridores, con nada menos que 52 metros de altura. Fue levantado en el año 1960 para recordar el quinto centenario de la muerte de Enrique el Navegante, en su interior acoge un museo con variadas colecciones.
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