Durro, Valle de Boí

Durro, Valle de Boí

Iglesia de la Natividad

Las iglesias del Valle de Boí emergen en uno de los rincones pirenaicos más pintorescos, es una magnífica zona para disfrutar de la naturaleza y del arte románico. Los cauces de los ríos Noguera Pallaresa y Noguera Ribagorzana serpentean hacia el sur, las montañas que los separan crean el límite entre la Ribagorza y el Pallars.

El Valle de Boí fue tomado por los sarracenos hasta que fue liberado por el Condado de Tolosa a principios del S. IX, posteriormente entre los S. XI y XII se levantaron estas iglesias románicas lombardas que cuentan con esbeltos campanarios como el de la imagen que pertenece a la iglesia de la Nativitat de Durro, la cual forma parte del conjunto de iglesias que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el 30 de noviembre de 2000.

Este impresionante campanario se eleva al inicio del muro norte de la iglesia. Tiene formas lombardas representadas mediante los arquillos ciegos, dientes de sierra y lesenas. Se compone de cinco cuerpos aunque el superior ha perdido su aspecto primitivo en restauraciones posteriores. Es la torre más robusta del conjunto de iglesias románicas de Boí. Es posible hacer una visita al interior de dicha torre, una vez arriba podemos contemplar el vecino pueblo de Barruera, que también cuenta con una excelente iglesia románica. Desde Durro parte una pequeña carretera que nos conduce a la ermita románica de Sant Quirc de Durro, situada en una paraje que merece una buena pausa para contemplar una de las panorámicas más impactantes del Valle de Boí.