Castillo de Santa Catalina

Castillo de Santa Catalina

vista del Castillo de Santa Catalina o Alcázar Nuevo, Jaén

Castillo de Santa Catalina, Jaén

Este magnífico castillo se encuentra ubicado en lo alto de una montaña desde donde se domina la ciudad de Jaén,El día de Santa Catalina del año 1246, el emir Muhammad Ibd al-Amar, fundador de la dinastía nazarí, entregó Jaén a Fernando III el Santo desde aquí los campos de olivo parecen no tener fin. Sus torres aún perduran en pie que, orgullosas, continúan desafiando el paso del tiempo y los rigores del clima jienense. Junto a las alas oeste y sur del castillo, aparecen unos imponentes precipicios. De todo el conjunto defensivo destaca la torre del homenaje, levantando sobre todas las otras su corona de almenas. En su interior guarda salas oscuras y angostas, sus muros son recios y las bóvedas poco elevadas.

De la primitiva fábrica del alcázar del S. XIII, mandado construir por Fernando III el Santo, tan sólo quedan algunos elementos que desfiguran la primitiva alcazaba árabe, referente a esta última sólo se conservan textos de El-Edrisi y Alfonso X el Sabio. Según cuenta la tradición, bajo los cimientos del castillo de Santa Catalina se encuentra la torre que fue mandada construir por Aníbal, aunque no existe ningún indicio de ella. Los romanos ya se establecieron en este paraje y consolidaron el primer núcleo urbano al que llamaron Auringi.

Durante la dominación islámica, la ciudad fue llamada Yayvan y Geen, de aquí deriva su denominación actual y viene a decir «lugar de paso de caravanas». En época del califato de Córdoba se levantó aquí la primera fortaleza, más tarde sería ampliada por los almorávides. El día de Santa Catalina del año 1246, tras un cerco de aproximadamente dos meses, el emir Muhammad Ibd al-Amar, fundador de la dinastía nazarí, entregó la ciudad a Fernando III el Santo.

Fotos del Castillo de Santa Catalina, Jaén