Arbotantes

Los Arbotantes

Los arbotantes, toda una innovación arquitectónica revolucionaria

La gran genialidad de los arquitectos del S. XIII consiste en la utilización del arco apuntado y la bóveda ojival, con el primero desvía mejor los empujes oblicuos del arco y con la segunda concentra los empujes en los cuatro extremos del tramo y con ello sólo le queda colocar ingeniosos soportes que trasladen estos empujes a tierra. Estos soportes son los arbotantes y el contrafuerte o estribo. Otro elemento muy característico es el pináculo, contra lo que tantas veces se ha comentado, no tiene misión constructiva sino principalmente decorativa y expresiva.

Definición

Se trata de estructuras arqueadas que se proyectan desde los muros laterales de una iglesia o catedral, y que se apoyan en contrafuertes exteriores. Tienen la función principal de descargar el peso de los techos y bóvedas de la nave central, permitiendo que estos sean más altos y ligeros. Podemos definirlos como contrafuertes exteriores, generalmente en forma de arco, que se utilizan para soportar y distribuir el peso de las paredes y las bóvedas en las estructuras arquitectónicas. Estos elementos arquitectónicos se destacan por su forma peculiar, que a menudo se asemeja a un arco o un contrafuerte que se extiende desde una pared o pilar principal hacia una estructura secundaria, como una columna o una pilastra.

Función

Los arbotantes permiten la construcción de paredes con ventanas grandes y bóvedas altas, características clave de la arquitectura gótica. Los arbotantes se desarrollaron en Francia a finales del siglo XII. El arquitecto gótico más famoso, Abad Suger, apoyó un papel crucial en su desarrollo en la Abadía de Saint-Denis, en esta época también comienza a construirse la catedral de Notre-Dame de París. Su aparición supuso una revolución en la arquitectura gótica, ya que permitió crear espacios interiores más amplios y luminosos.

Los primeros ejemplos eran sencillos y se apoyaban en contrafuertes exteriores. A medida que la arquitectura gótica se desarrolló, estas estructuras se volvieron más complejas y sofisticadas. La función principal de los arbotantes es descargar el peso de los techos y bóvedas de la nave central. En la arquitectura románica, el peso de estos elementos se descargaba sobre los muros laterales, que debían ser muy gruesos para soportarlo.

Los arbotantes permiten que los muros laterales sean más delgados, ya que el peso se descarga en los contrafuertes exteriores. Los arbotantes también tienen la función de reforzar los muros laterales. La presión ejercida por los techos y bóvedas puede hacer que los muros se deformen o incluso se derrumben. Los arbotantes ayudan a contrarrestar esta presión, haciendo que los muros sean más estables. Además de su función estructural, también tienen un importante valor estético. Su forma arqueada crea un efecto de dinamismo y movimiento. También pueden decorarse con elementos escultóricos, lo que añade un toque de belleza a la arquitectura gótica.

Algunos ejemplos notables son:

• Catedral de Notre Dame de París, Francia: esta catedral es un símbolo icónico de la arquitectura gótica y presenta arbotantes impresionantes que sostienen las paredes y las bóvedas, permitiendo sus impresionantes vitrales.
• Catedral de Chartres, Francia: otro ejemplo espléndido de la arquitectura gótica, la catedral de Chartres, utiliza arbotantes para mantener su estructura y albergar sus famosos vitrales.
• Catedral de Reims, Francia: esta catedral presenta arbotantes que se extienden desde la pared de la nave principal, permitiendo una fachada esbelta y vitrales impresionantes.
• Catedral de Canterbury, Inglaterra
• Catedral de Colonia, Alemania
• Catedral de Milán, Italia: en la fotografía podemos contemplar un detalle de los arbotantes del Duomo de Milán.