Encuadernador

Encuadernador

Detalle del Cenotafio de los Santos Vicente, Sabina y Cristeta

En el arte románico fueron frecuentes las representaciones relacionadas con la vida cotidiana,El arte de la encuadernación tiene su origen en el Imperio Romano, concretamente en el S. IV, momento en que se adopta la forma rectangular del códice que viene a sustituir a los rollos cilíndricos en el relieve que tenemos en la fotografía contemplamos a un monje encuadernador. El arte de la encuadernación tiene su origen en el Imperio Romano, concretamente en el S. IV, momento en que se adopta la forma rectangular del códice que viene a sustituir a los rollos cilíndricos. La riqueza de ciertas encuadernaciones bizantinas, carolingias o sajonas, se debió al deseo de mostrar magnificencia en los libros destinados al culto religioso, para ello, y en algunos casos, se utilizaron tapas de orfebrería y esmaltes, otras presentaron una placa central de marfil y orla de pedrería. Como es lógico, no todo era lujo en la Edad Media, lo más común era el llamado arte monacal que se desarrolló durante todo el medievo, este modo utilizaba tapas cubiertas de piel que se decoraban con gobrados que se obtenían con punzones y matrices de hierro. En el mudéjar español se trato con profusión los rosetones decorados con motivos geométricos y entrelazados. El monje encuadernador que vemos en este relieve es uno de los innumerables detalles que presenta el Cenotafio de los Santos Vicente, Sabina y Cristeta, una de las joyas del Arte románico peninsular que se conserva bajo el crucero de la Basílica de San Vicente, situada en la ciudad de Ávila y a escasos metros del lienzo oriental de su célebre muralla.