Información general
- Dirección: 3a Place du General de Gaulle, 76000, Rouen, Sena Marítimo, Normandía, Francia
Datos de contacto
- GPS Latitud: 49.442548794420105
- GPS Longitud: 1.099728734936349
Abadía de Saint-Ouen
Una joya de la arquitectura gótica en la ciudad de Rouen (Normandía)

La Abadía de Saint-Ouen es uno de los grandes hitos artísticos de la monumental ciudad de Rouen, la capital de Normandía, además también está considerada como una de las obras más relevantes del gótico radiante francés. El templo actual fue onstruido entre los siglos XIV y XVI. Su escala monumental, comparable a la de la cercana Catedral de Notre-Dame de Rouen, y sus elementos distintivos, como la torre-linterna conocida como la «Corona de Normandía», la convierten en todo un imprescindible de los viajes a Normandía.
Origen y vicisitudes de la Abadía de Saint-Ouen
La historia de la Abadía de Saint-Ouen se remonta a nada menos que el siglo VI. En este momento se estableció un lugar de culto, dedicado inicialmente a San Pedro sobre una necrópolis en la época del obispo Audoin (Ouen, c. 600-684). Dicho obispo sería enterrado allí y daría su nombre al monasterio.
Aunque la tradición atribuye su fundación al propio Audoin, es probable que el monasterio benedictino se consolidara durante el período carolingio, bajo el episcopado de Remi (755-771). Las invasiones normandas del siglo IX devastaron la abadía y la ciudad, obligando a los monjes a huir con las reliquias de San Audoin, éstos no regresarían hasta el año 918.
La abadía alcanzó su apogeo como un poderoso centro monástico benedictino entre los siglos XIV y XV. Sin embargo, su historia no estuvo exenta de interrupciones: la Guerra de los Cien Años (1337-1453) y la Harelle, una revuelta local, provocaron saqueos y daños significativos. Durante este período, la abadía también desempeñó un papel histórico notable, sirviendo como prisión para Juana de Arco durante su proceso en 1431.
Tras la Revolución Francesa, las estancias monacales fueron confiscadas y reconvertidas en el Ayuntamiento de Rouen, mientras que la iglesia abacial continuó como lugar de culto.
Descripción de la Abadía de Saint-Ouen
La construcción de la actual iglesia abacial comenzó en 1318, bajo la influencia del gótico radiante, un estilo caracterizado por su énfasis en la verticalidad, la luz y la ornamentación refinada. Con unas dimensiones de 137 metros de largo y 33 metros de altura en las bóvedas, Saint-Ouen rivaliza en escala con las grandes catedrales normandas, lo que a menudo lleva a los visitantes a confundirla con la Catedral de Rouen.
Planta y Estructura
La planta de la iglesia sigue el modelo típico de las catedrales normandas: una nave central flanqueada por naves laterales, un transepto prominente y un coro con capillas radiantes que se abren a un deambulatorio. Sin embargo, Saint-Ouen se distingue por su torre-linterna central que corona el crucero y le otorga el sobrenombre de «Corona de Normandía». Esta torre, ricamente calada y ornamentada, no solo cumple una función estética, sino que también se encarga de ilumina el espacio interior.
Los contrafuertes y pináculos de la cabecera, junto con los arbotantes dobles, son ejemplos sobresalientes de la ingeniosidad técnica del gótico radiante. La fachada occidental, con el portal Marmousets, exhibe una decoración escultórica que, aunque más sobria que otras iglesias normandas, refleja la elegancia del estilo florido de finales del siglo XIV.
Vidrieras
Uno de los aspectos más celebrados de Saint-Ouen son sus más de 80 vidrieras, distribuidas en tres niveles y datadas principalmente del siglo XIV. Estas vidrieras, bien conservadas, combinan tonos brillantes que evocan el resplandor de las joyas con paneles de vidrio blanco y esmerilado, creando un interior excepcionalmente luminoso para una iglesia gótica. La colección, considerada una de las más ricas de los siglos XIV y XV, incluye el rosetón del transepto sur, cuya restauración reciente ha sido objeto de una campaña de crowdfunding. La interacción de la luz a través de estas vidrieras transforma el espacio interior, dotándolo de una atmósfera etérea que subraya la función espiritual del edificio.
El Órgano Cavaillé-Coll
Aunque no es un elemento medieval, el órgano construido por Aristide Cavaillé-Coll en el siglo XIX merece una mención por su relevancia cultural. Descrito por Charles-Marie Widor como «miguelangelesco», este instrumento es uno de los más grabados del mundo y refuerza la importancia de Saint-Ouen como un centro musical y litúrgico. Su sonoridad excepcional complementa la grandiosidad arquitectónica del espacio.
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